Lo que ayer pudimos presenciar en televisión fue un espectáculo lamentable en el que, el mayor perjudicado no fue un equipo o una determinada afición, tal y como nos han querido transmitir la mayor parte de programas y periódicos de deportes en nuestro país. En el partido de anoche fue el DEPORTE el que sufrió el mayor daño y castigo.
Nosotros, como profesionales de la educación, y más concretamente de la Educación Física, intentamos transmitir a nuestros alumnos y alumnas una serie de valores y principios relacionados con el Fair Play deportivo, pero lamentablemente nos vemos, día tras día, superados por actuaciones como las de estas últimas semanas, como peleas entre aficionados, insultos y comportamientos racistas, agresiones a árbitros adolescentes o incluso, tal y como pasó anoche en el partido de Copa, el lanzamiento de una bota de fútbol a un juez de línea. Además, todas estas situaciones se ven alentadas por comentarios de psedoperiodistas deportivos y de programas sensacionalistas. Además, vemos con incredulidad y asombro como determinados deportes y deportistas, por el hecho de no firmar multimillonarios contratos publicitarios, son excluidos de todos estos "programas deportivos" de televisión o aparecen de forma anecdótica, a pesar de transmitir los auténticos valores del DEPORTE, como son la superación personal, el esfuerzo, el trabajo en equipo y el respeto al rival y a las decisiones del árbitro.
Tenemos que empezar a cambiar esta situación, y donde mejor lo podemos hacer es en el día a día, en nuestra propia práctica profesional y en los terrenos de juego a los que asistamos, haciendo comprender a jugadores y padres que lo único que tiene que ser importante en una cancha es el DEPORTE y todos los valores que lleva asociado. Valorar como se merecen todas aquellas conductas que cumplan el código del Buen Deportista y fomenten el auténtico deporte.
No podemos quedarnos pasivos ante determinados comportamientos que se dan continuamente a nuestro alrededor, la próxima vez que un padre o entrenador insulte o menosprecie a un árbitro, contrincante o, incluso a su propio hijo/a o jugador, reprochemos firmemente dicha actitud y dejémosle claro que no hay sitio para la VIOLENCIA en el DEPORTE, y en especial en el deporte escolar.
Debemos ser un ejemplo para todos nuestros alumnos y alumnas, jugadores y jugadoras, ya que de nosotros depende, en gran medida, su formación como deportistas y, lo que es más importante, como personas.
No me nace otra cosa que aplaudir estas palabras que tan bien has plasmado Miguel Ángél, las cuales hago mías; y poner en valor, aprovechando la ocasión, la labor de tantísimas personas que invierten su tiempo y su saber en transmitir todos estos VALORES tan HUMANOS que nos transmite el DEPORTE, ya sea en las escuelas, en clubes de base o en el ámbito profesional. La PERSONA, su dignidad e integridad y el COMPAÑERISMO frente a toda actitud violenta, individialista y egoísta.
ResponderEliminarSecundo todo el análisis anteriorpalabra por palabra, aunque en un canal si se pudo ven un ejemplo de todos estos valores que el deporte fomenta, los octavos de final de balonmano, con gran respeto por el rival, y el trabajo y esfuerzo personal y de equipo. También un ejemplo de gran deportista a mi entender es Nadal, que tras ser eliminado solo supo felicitar al contrincante y reconocer que había jugado mejor que él, sincero, humilde y luchador, creo que él encarna los verdaderos valores del deporte. Deberíamos fijarnos todos más en su ejemplo, y abandonar las conductas agresivas que mostramos todos en mayor o menor medida en los campos deportivos.
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