"Cabe hacerse una pregunta ¿qué se persigue cuando unos padres hacen que sus hijos practiquen algún deporte? ¿Relacionarlos socialmente? ¿Fomentar hábitos saludables? ¿Proporcionar momentos de esparcimiento y diversión junto a otros compañeros? ¿Desarrollar habilidades motrices? ¿Quizás todo esto a la vez? … o ¿quizás buscar una mejora del rendimiento? ¿Aproximarlo a la competición? ¿Buscar que alcance su máximo nivel? ¿Qué pueda llegar a triunfar en el deporte y alcance éxito social y/o económico?
En función de las respuestas que demos a estas cuestiones, nos parecerá más o menos importante (o adecuada) esta reflexión. Nos podrá parecer muy acertada o excesivamente exagerada, pero en cualquier caso considero que es necesario hablar del tema.
Por un lado los alumnos, que sois los que os toca disfrutar o "sufrir" esta situación y, por otro, los propios padres que son los que la propician, la fomentan, la favorecen… o la obligan.
Esta situación, como hemos dicho puede ser plenamente satisfactoria y saludable (física y psicológicamente) o absolutamente perniciosa y peligrosa (en este caso psicológicamente).
Desde el punto de vista de los objetivos de nuestra asignatura, como no podía ser de otra forma, consideramos que en edades tempranas los padres deben facilitar y fomentar la práctica de algún tipo de actividad física a sus hijos, pero éstas, ante todo, deben perseguir el incluir hábitos saludables en sus estilos de vida y que perduren en el tiempo, que se socialicen y aprendan a asumir y convivir con sus defectos y sus virtudes, que se diviertan y que disfruten con actividades y deportes que fomenten el respeto, la igualdad, la convivencia, la salud y también encauzar la competitividad natural que cada niño o joven lleva dentro. Enseñarle a perder y enseñarle a ganar.
El problema aparece cuando esos objetivos pasan a ser secundarios y se prioriza el éxito del niño o del joven.
Pepu Hernández, ex seleccionador nacional de baloncesto narra dolorosos casos reales: "Hay padres que llevan las estadísticas de los partidos e incluso llegué a saber de uno que le daba la paga a su hija en función de los puntos que metía en el partido". Y yo mismo, conozco de primera mano, en mi etapa de estudiante en el INEF de Barcelona, el caso de un tenista (que más tarde llegó a ganar algún trofeo de Grand Slam y estar entre los primeros de la clasificación de la ATP), que en sus primeras etapas su padre lo hacía volver a casa corriendo detrás del coche cuando perdía algún partido.
El árbitro Jiménez Bonillo también pide huir de las generalizaciones fáciles "Hay muchos tipos de padres. La gran mayoría se conforma con ver disfrutar a sus hijos. Pero también he visto tarados que se pasan el partido subiendo y bajando de la grada, gritando, metiendo presión al entrenador, al árbitro… y a su propio hijo".
Pero existe otro problema y aquí la culpa no la tienen los padres. Se trata de los clubes (del deporte que sea) que reproducen a pequeña escala estereotipos de clubes profesionales donde se trata a los "pequeños deportistas" como "grandes profesionales" sin ser conscientes, en muchas ocasiones, que los niños lo único que pretenden es moverse, divertirse, jugar, aprender, relacionarse. Conozco casos de algún club de fútbol donde el entrenador somete a los niños/jóvenes jugadores a presiones impropias en el deporte de ocio (no convocatorias, no jugar ni un minuto, "mini concentraciones" previas a partidos importantes, etc.)
En estos casos el "culpable" es el propio club que no es capaz de entender qué es lo que debería hacerse con estos niños/jóvenes, también por elegir un determinado perfil de entrenador, pero los padres deben saber ver estas situaciones y saber si es conveniente para su hijo el permanecer bajo esa "disciplina profesional" con tan solo 10, 12, 14... años.
Creo que hemos aportado muchos elementos para la reflexión. Espero que os haya parecido interesante y finalizamos con los objetivos que desde la asignatura de Educación Física pensamos que se deben perseguir con el deporte en edades tempranas: adquisición de habilidades motrices, conocimiento del propio cuerpo, desarrollar la capacidad de pensar, el aprendizaje basado en el ensayo-error, el esfuerzo, el compromiso, el aumento de la autonomía personal, la confianza en sí mismo, la mejora de la salud, la capacidad de compartir, de respetarse, de relacionarse, de cooperar y participar de una actividad física de disfrute, que enseñe a ser más solidario, menos egoísta y mejor persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
NOS ENCANTARÍA QUE DEJASES AQUÍ TUS COMENTARIOS. SERÁN DE GRAN UTILIDAD. GRACIAS